Proceso durante el cual se identifican puntos de mejora de los actuales procesos de negocio o procedimientos de trabajo. La mejora puede estar promovida por varias razones; una mayor necesidad de control, una reducción de coste administrativo, nueva funcionalidad... la identificación de la causa que promueve la mejora es importante para su posterior evaluación y defensa.
El diseño de la solución es uno de los puntos claves, donde se debe afianzar el espíritu de equipo, la involucración de las personas clave y detectar los problemas / rechazos humanos.
Adicionalmente, será necesario definir los indicadores de control, que aportarán una herramienta de medida sobre el éxito del cambio a implementar.
Todo cambio busca una mejora global, pero no siempre es posible conseguir el mismo nivel de mejora a nivel parcial.
En caso de que se de esta situación, debe detectarse y documentarse para ser evaluada por el comité correspondiente.
El comité definido a tal efecto, debe aprobar o no la implementación de la solución propuesta con las condiciones describas en el "análisis de impactos".
En caso de rechazarse la implementación del cambio propuesto, se deberá volver a revaluar los requerimientos y revisar el diseño propuesto.
En este punto, tanto el equipo encargado de diseñar la solución, como el comité responsable de validar su viabilidad han aceptado el cambio y el plan de implantación... así que únicamente queda seguir el plan definido.
Durante esta fase, hay que salvar la resistencia al cambio de las personas que no han estado involucradas en la definición de la solución ni directa ni indirectamente. La comunicación desde gerencia y las mejoras explicadas por sus compañeros serán los mejores argumentos.
Fase en la que se monitorizan los indicadores de control previamente definidos para validar que el cambio esta cumpliendo con los objetivos definidos.
La no consecución de estos, debería ser causa de una nueva iteración de ciclo, para asegurar su correcta implementación / aceptación.